Dibujar es una acción parecida a la de cruzar un arroyo, buscando apoyo en algunas piedras salientes: cada marca, cada línea que hacemos en el papel es como una de esas piedras en las que nos apoyamos, que nos permite avanzar hasta la siguiente, y luego a otra, una y otra vez, hasta que atravesamos el tema del dibujo como si fuera un río. Hasta que lo dejamos atrás.
John Berger
Desde la propuesta de la cátedra consideramos que para que una experiencia de dibujo de este tipo se produzca plenamente, para lograr atravesar el río de este modo, necesitamos que la experiencia de dibujo "atraviese" tambien nuestro cuerpo, involucrando distintos aspectos: la mirada, el pensar, el sentir y la mano.
Que la experiencia se viva como una corriente continua, fluyente, en la que logramos generar algo nuevo a través del dibujo, en un pulso rítmico.
Las líneas que dibujas ya no marcan los límites del objeto que habías visto, sino el límite de aquello en lo que el objeto se convirtió en tu dibujo, y los nuevos bordes de aquello en lo que nos hemos convertido nosotros dibujandolo
John Berger